Plata, Pasaje, Pasaporte

Porque cuando se viaja todo lo demas se puede comprar...

Friday, July 22, 2005

 

Guangzhou - Huang Pu - Guangzhou - Huan Pu... / Taxi


Como cada mañana estos últimos días, Mr Zhu está esperándome afuera del hotel, al lado de su carro, un Kia negro. Con un cigarrillo a medio fumar, lentes oscuros, la uña del dedo meñique de la mano derecha asquerosamente larga y su inevitable conjunto de pantalones grises/camisa negra, parece que fuera miembro activo de alguna mafia china. Un guardaespaldas o algo por el estilo. El español (o el inglés, o el francés) de Mr Zhu es prácticamente tan bueno como mi chino (o mi japonés, o mi tailandés). Ninguno de los dos sabe decir ni 'buenos dias' en el idioma del otro, por lo que despues de hacernos gestos de saludo con la cabeza me siento en la parte de atras del carro, me pongo a ver por la ventana o a leer algo y el empieza a manejar, ninguno de los dos habla. Eso me hace sentir como si ahora yo tambien fuera parte de la misma mafia que Mr Zhu y el es mi guardaespaldas. Me esta llevando a cerrar algún negocio importante y es mejor no hablar ni dar detalles para no comprometerlo. Soy una mafiosa seria y profesional.
Pero no, Mr Zhu no es miembro de alguna mafia china, al menos no aparentemente. Mr Zhu es uno de los choferes de la planta de Huang Pu y mientras yo estoy aquí es el encargado de llevarme a la planta, al hotel o al aeropuerto, porque la 'foreigner' no habla nada de chino y puede perderse muy muy fácilmente. Eso es cierto.
Como es de suponer, la comunicación con Mr Zhu ha sido bien difícil. No es que necesitemos hablar mucho en realidad, porque la gente de la planta le dice cuales son mis itinerarios y él les dice cuanto voy a pagar; pero estando solos en un carro con otra persona aproximadamente una hora en cada trayecto y con el tráfico de locura que hay entre Guangzhou y Huang Pu, es irremediable que alguno de los dos intente señalar algo con el dedo para decir 'mira ese autobús como se le lanzó al tipo de adelante' o 'ese motociclista está loco' y en mi caso más que nada lo que quiero decirle es 'qué es ese edificio de allá?' y 'ese parque tan lindo cómo se llama?', pero nos quedamos solo con la intención y el dedo levantado por un segundo. Cuando queremos abrir la boca nos recordamos de la barrera comunicacional que nos separa y se caen el dedo y las intenciones.
La primera tarde que me dejó en el hotel, Mr Zhu se volteó y me dijo algo, en chino por supuesto. Yo le contesté que no entendía, obviamente en inglés. El siguió hablándome y, frustrado, con los dedos contó 7 lentamente. Entendí que eso era que al día siguiente me iba a buscar a las 7am. Conté yo 7 también y le dije si, ok, sonrisa. El sonrió también y al día siguiente a las 7am estaba ahí. Y así nos hemos ido entendiendo. Si Mr Zhu no quiere que me mueva mientras el busca el carro en alguna parte señala el piso con el dedo de una manera enfática y yo asiento con la cabeza, enfáticamente también, y nos quedamos tranquilos los dos. Si quiere que lo siga hace otra seña con la mano y yo empiezo a caminar y el asiente y sonríe. En esos momentos ya no soy la mafiosa seria y profesional con su guardaespaldas, sino la niña tarada que viene del campo y que él esta domesticando.
Mr Zhu tiene un cassette con música, china por supuesto, al que oímos y oímos y oímos en el carro. A veces le baja el volumen, creo que cuando por instinto tiene la intención de voltearse a comentar algo. Luego, cuando se da cuenta que no vamos a hablar, murmura algo y le sube el volumen otra vez. Yo me hago como la que no es conmigo y sigo mirando por la ventana con unas ganas terribles de preguntarle qué es ese edificio a la izquierda que se ve tan interesante. El cassette no es particularmente bueno, pero ya me se por lo menos el orden de todas las canciones y ayer en la tarde me encontré entusiasmada porque sabía que después de la canción que estaba sonando en ese momento venía mi 'favorita'. Yo creo que hasta la puedo cantar.
Esta mañana pasó algo increíble. El tráfico estaba de terror, estabamos totalmente parados. Mr Zhu bajó y subió el volumen del cassette por lo menos 3 veces, hasta que no pudo más y se bajó del carro para hablar con alguien, en chino, acerca de lo que pasaba, no sin antes hacerme la seña de 'no te muevas, te quedas acá', es decir, señalar enfáticamente al piso del carro. Al rato regresó, hizo un gesto de duda, que yo interprete como 'no pude averiguar nada' y sin una palabra se sentó otra vez en el carro y le subió el volumen a la música. Por fin se empezó a mover el tráfico y lentamente fuimos llegando al lugar del problema, donde habían chocado 7 carros, uno detrás del otro, bastante impresionante. Mr Zhu bajo el volumen, se volteó y sin pensarlo dos veces me dijo algo en chino muy entusiasmado, señalando la escena. Yo, sin siquiera darme cuenta de lo que hacía le contesté en el mismo tono en español, parecía que había entendido lo que él había dicho y él a mí también y seguimos 'hablando'. La desgracia ajena nos hacia tan básicos que nos podíamos comunicar, por unos minutos los dos sabíamos que pensaba y/o decía el otro, fuera en chino, en español, en inglés o un ruso. Los dos teníamos la misma entonación de asombro y sorpresa y casi que entusiasmo al señalar los carros chocados. Fue un momento grandioso, pero duró sólo segundos. Una vez pasado el choque el volvió a subir el volumen y yo a ver por la ventana y preguntarme 'y ese edificio tan enorme, de qué sera?'.
Antes de llegar a la planta, Mr Zhu tomó un camino diferente al que ha tomado todos estos días. Pasamos por un camino muy bonito y tranquilo que bordea un parque a lo largo de un río. Es bellísimo y yo miraba embrujada. Todavía no sé si lo hizo para festejar nuestro pequeño 'episodio', para evitar el tráfico tan pesado, o para despitar a la policía... y es que como somos de la mafia...


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